¿Puedo bañar a mi felino?

¿Cada cuanto debo bañar a mi felino?

 

También es cierto, que si consigues acostumbrar a tu gato al baño desde que es un gatito (a partir de los 2 meses de edad), el contacto con el agua no necesariamente debe resultarle desagradable. Si éste es tu caso, y tu gato no suele salir al exterior, una frecuencia de lavado mensual es suficiente.


¿CÓMO BAÑAR A UN GATO?

Para llevar a cabo el baño a un gato, deberás tener tacto y paciencia. Aunque a tu gato le guste el agua, cualquier movimiento brusco puede generarle estrés y complicar la actividad. Puedes usar la bañera, o un recipiente que se ajuste a su tamaño. Es conveniente que coloques una alfombrilla en la superficie para evitar que tu gato se resbale con las uñas. Utiliza agua tibia (30 grados) y un champú específico para felinos. Éste último punto es muy importante, porque los champús para humanos, aunque sean neutros, no respetan el PH de la piel de los gatos. Antes de empezar, deja correr el agua unos segundos para que tu gato se acostumbre al sonido.

Durante el bañado, evita el contacto del agua con sus orejas y ojos. De esta manera, disminuirás el riesgo de que desarrolle infecciones a posteriori. Comienza mojando la parte inferior de su cuerpo con la mano o la ayuda de una esponja suave, y ves ascendiendo poco a poco. Con esta técnica, conseguirás aumentar su confianza y hacer más fácil el proceso. Enjabónalo mientras lo acaricias, y deja que el champú actúe durante unos minutos. Finaliza el proceso aclarando su cuerpo con abundante agua para eliminar restos de jabón, que podrían incomodarlo durante sus rutinas de aseo diario.

Una vez finalizada la tarea, sécalo con una toalla, con mucho mimo y cuidado.

 

 

 

Otras recomendaciones importantes


 

Poner un trapo o una alfombra antiresbalante en el piso. Para que así el gato encaje las garras en ella y no se pueda hacer daño a sí mismo ni a nosotros. Además, evitaremos que se resbale con facilidad y que se produzcan sustos que solo traerá más conflictos a la hora del baño.

Se debe tener cuidado que el agua no se le introduzca en los oídos. Para ello podemos usar tapones de oídos. O utilizando un envase o una manguera, para echarle el agua con mayor control.

A la hora de empezar el ritual del aseo, debemos estar tranquilos, ya que las emociones que tengamos en el momento se le transmiten al gato.

Es recomendable cortarle las uñas al gato antes de empezar el proceso del baño. De esta forma reduciremos los riesgos de daños hacia nuestra persona y hacia el mismo animal.

Debemos colocar al gato en la bañera con mucho cuidado. La mejor forma de sujetarlo es: con la mano derecha en la nuca y la izquierda por el torso. Todo esto manteniendo cierta distancia del animal para evitar ser arañados. Se debe soltar poco a poco, con un movimiento muy sutil, en el piso de la ducha o bañera.

Dejaremos que el animal se habitúe al entorno antes de empezar a bañarlo. Así cogerá confianza y se mantendrá más sereno.

Se debe utilizar un champú especial para el pelaje del gato, ya que cada tipo tiene un producto especializado. No usaremos champús para perros o personas en los gatos. En caso de ser muy necesario, usaremos un jabón neutro. Sin embargo, este producto puede traer ciertos efectos secundarios. Es el caso de la irritación, la pérdida de pelo y la comezón.

Es recomendable darle algún tipo de recompensa al gato tras el baño. De esa forma asociará bañarse como una experiencia positiva.El premio puede ser una golosina, cuanto más saludable mejor.

 


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